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Según los datos que él mismo aporta en el Primer Libro de Samuel, pertenecía a la tribu de Leví(existe un error común, por el cual la gente piensa que pertenecía a la tribu de Efraín). Este malentendido proviene de la palabra hebrea אפרתי, efrateo, o sea, proveniente de Efrat o Efrata, tal como lo expresa el primer versículo del Primer Libro de Samuel: «…Elcaná hijo de Jeroam…efrateo [y no efraimita, como se puede comprobar en una versión en hebreo].
Efrat o Efrata es Belén, como explícitamente lo expresa el Libro de Génesis(35:19): Así murió Raquel, y la sepultaron en el camino que va hacia Efrata, que es Belén. . Su madre, Ana, era estéril, y obtuvo milagrosamente un hijo al que llamó Samuel y consagró al Señor, dejándolo en el santuario de Silo al cuidado del sacerdote Eli (1Sam 1-2).
Muy joven, sintió la vocación de ser juez y profeta del pueblo judío (1Sam 3).
Fue él quien eligió al primer rey del pueblo judío, Saúl, antecesor de David. Luego de su muerte, a petición de Saúl, se menciona que su espíritu habría sido convocado por la Bruja de Endor.
En la tradición judía tiene un gran peso, al punto que el Talmud llega a decir que este profeta valía como Moisés y Aarón. Según la tradición judía, a la muerte de Moisés y Josué, sucedió una confusión en cuanto a ciertas leyes, en especial concerniendo a la prohibición del matrimonio entre amonitas, moabitas e israelitas. Este problema lo resolvió el profeta Samuel, ya que tenía la autoridad suficiente, con la siguiente oración: amonita varón mas no amonita mujer, moabita varón mas no amonita mujer. Es decir, que dado a que el versículo bíblico que prohíbe la mezcolanza entre moabitas, amonitas e israelitas, sólo menciona a los varones, excluye a las mujeres amonitas y moabitas de la prohibición, permitiéndoles contreer matrimonio con los judíos.